Se trata de una modificación temporal y puntual de la normativa de viajes en vigor, que no permitía esta opción, lo que estaba poniendo en aprietos a las agencias debido a que la gran mayoría de navieras y aerolíneas no están devolviendo el dinero efectivo de los viajes cancelados. Esta medida se ha aprobado también en otros Países de la Unión Europea como Italia y Francia.
El consumidor puede exigir a su agencia de viajes que acredite que el proveedor no está haciendo reembolsos en efectivo. Según el texto aprobado por el gobierno, el consumidor tiene un plazo de un año para hacer uso del bono, pero si en dicho periodo no lo usa, podrá solicitar la devolución de lo pagado.